Santiago, 01 de Abril
de 2013
C A R T A A B I E
R T A
Los
sindicatos de trabajadores del Coro y Administrativos del Teatro Municipal de
Santiago se encuentran actualmente en pleno proceso legal de negociación
colectiva desde el 18 de Febrero del año en curso, sin alcanzarse hasta el momento acuerdo entre
las partes para celebrar el correspondiente Contrato Colectivo de acuerdo a la
ley.
Las
dificultades para un acuerdo se deben fundamentalmente a la negativa
persistente de la Corporación empleadora en aspectos esenciales de las
remuneraciones y en corregir inequidades respecto de los otros cuerpo estables
del Teatro. Los sindicatos del Coro y de Administrativos del Teatro Municipal
de Santiago en proceso de negociación colectiva, nos encontramos hoy en un duro
y difícil momento pues pese a todos los
esfuerzos que hemos hecho por buscar un acuerdo con la corporación cultural,
esto no ha sido posible.
Hoy, nos vemos enfrentados a una determinación
unánime de nuestra asamblea de rechazo a la última oferta del empleador, lo que
significa que hemos votado la huelga.
Nos hemos visto forzados a tomar esta decisión en los hechos, en primer lugar
porque la última oferta no contenía nada de lo conversado en la mesa, y porque
en un acto de extrema provocación y falta de respeto, la Administración del Teatro terminó abrupta
e inconvenientemente la última reunión antes de la votación, lo que es
claramente un cierre en la forma y en el fondo de toda posibilidad de continuar
negociando.
Esto no es nuevo ni extraño: la
Administración del Teatro se ha esforzado permanentemente en bloquear este
proceso y en conducirnos a un conflicto que nosotros no queremos bajo el
pretexto de una política económica que no discrimina. Nos ha dicho
insistentemente que no puede darle a uno lo que no le ha dado al otro y que
nuestras demandas son tan desmedidas que ponen en riesgo la estabilidad
económica del teatro.
Esto nos resulta particularmente
grotesco e inaceptable. No es posible seguir sosteniendo la idea de una
política de equidad salarial cuando con fondos públicos se sostiene y
justifican los sueldos millonarios de una plana ejecutiva y los sueldos
miserables de los artistas y trabajadores que son el fundamento del teatro. Es
inaceptable que un gerente gane 10 millones de pesos pagados con dinero de
todos los chilenos y el sueldo medio de los trabajadores negociantes sea de
$660.000.
Esta política salarial
discriminatoria no sólo se extiende a la totalidad de quienes trabajamos en el
Teatro, sino que se practica perversa y parcialmente entre los trabajadores de
los distintos cuerpos estables, cuando se le incrementa el sueldo a uno y no se
le da lo mismo al otro, cuando se niega el 13º sueldo para algunos y con el
disfraz de un bono se le da a otro estamento, instalando y sosteniendo la total
inequidad y discriminación.
Resulta además particularmente
vergonzoso acusar a los trabajadores de que con sus
modestas pretensiones puedan poner en riesgo al Teatro.
Al Teatro lo pone y lo puso en
riesgo la ineficiencia total de una Administración que no sabe conseguir los
recursos que necesita, que se paga a sí misma sueldos que no se condicen con la
naturaleza de lo que se produce en el Teatro. Sí: nos puso en riesgo una
Administración y una línea administrativa sostenida por 30 años que nos
llevó a la peor crisis económica producto de los despilfarros, gastos
superfluos e innecesarios, sobresueldos en la plana ejecutiva y la gestión
ineficiente de quien tiene la tarea de administrar una Corporación Cultural sin
fines de lucro y que le pertenece a todos los chilenos.
En tanto el Teatro siga
administrado como un feudo, ajeno a las necesidades de los artistas y
trabajadores, fuera de la realidad del chile de hoy con la inequidad y
discriminación como su valor fundamental, está en riesgo permanente no sólo de
bajar su calidad artística y técnica, sino de no poder asumir el rol cultural y
social nacional e internacional al que sus artistas y trabajadores lo han
llevado.
Esta no es una negociación
colectiva cualquiera, no sólo están en juego las reivindicaciones económicas
que por 8 años no hemos tenido: hoy nos enfrentamos a la misión de obligar a
definir al Gobierno, a la Alcaldía, a los agentes culturales involucrados, al
mundo académico y a sus artistas, cuál es el Teatro que se necesita y queremos tener, qué imagen de país queremos
proyectar, qué identidad cultural vamos a exportar.
La discriminación y la
desigualdad no tienen cabida en esta tarea, como tampoco la ineficiencia y la
ineptitud de una gestión que no está a la altura de los tiempos.
Estos Sindicatos, aún esperan
que la cordura y la nobleza lleguen a su contraparte. No bastan las
declaraciones: los hechos son elocuentes.
Renovamos
el llamado, agradecidos del apoyo y la solidaridad ampliamente brindados por el
público, por las organizaciones laborales, culturales y sociales a que nos
sigan acompañando. Su presencia y su apoyo nos renueva y nos refuerza.
SINDICATO DEL CORO PROFESIONAL Y
SINDICATO DE ADMINISTRATIVOS
DEL TEATRO MUNICIPAL DE SANTIAGO
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